Chile entra en el Top 10 de países productores de vino. Su exportación ha aumentado a la par de su calidad, lo que los ha convertido en una referencia en Sudamérica y el mundo, por lo que es común ver la presencia de la bebida en los casinos online chile jugar en pesos o compitiendo en rankings con las principales marcas europeas. Y es momento de descubrir todo sobre ello.

Chile en la industria vinícola: ¿De dónde nace su buena reputación?

La vid, planta que da fruto a la uva, llegó a Chile en el año 1947 con resultados exitosos.
El conquistador ibérico Hernán Cortes, en el año 1524, fue el primero en cultivar vid con éxito en América cuando encontró en el Altiplano de México un contexto ideal para hacerlo. Posteriormente, los cultivos bajaron a Colombia y luego a Chile.

Sin embargo, fue en tierras chilenas donde el resultado fue más exitoso desde un inicio, pues el clima templado húmedo del sur del continente aumentaba la calidad y rapidez de la cosecha.
Su buena reputación es producto, principalmente, de su clima y tiempo en la industria.

Esto tiene como resultado que Chile sea una de las más grandes productoras de vino a nivel mundial y la más grande exportadora de América (junto a todo el hemisferio sur) con múltiples viñedos a lo largo del país que componen el 0,5% del Producto Interno Bruto de la nación.

La historia del vino en Chile

Es imposible hablar del vino en Chile sin nombrar a Rodrigo de Araya, el primer vinicultor registrado en el país por el Acta de Fundación del Vino Chileno.
A través de Rodrigo, en el año 1947, se introdujeron las primeras vides al país y cuatro años más tarde, en 1551, se dio la primera cosecha en La Serena, las cuales sorprendieron por la rapidez y abundancia con la que prosperaron, lo que aumentó el interés por las plantaciones allí.

Los cultivos fueron aumentando y extendiéndose a lo largo del país, apoderándose por completo del centro de Chile durante las siguientes tres décadas.
Pero la ruptura definitiva del mercado vinícola llegaría en 1851 junto a las uvas francesas.

Silvestre Ochagavía introduciría las variedades francesas de las especies en el país, tales como Cabernet, Sauvignon o Merlot, como sustituto a las variedades españolas de la época, y esto duplicaría la cantidad de hectáreas de superficie de vid en todo el país durante el siglo siguiente.

A partir de allí, ya para el año 1974, Chile sería potencia y establecería importantes lazos comerciales con Estados Unidos y Europa.

Las regiones vitícolas de Chile

En el siglo XX, la industria vinícola en Chile ya había alcanzado un elevado nivel de profesionalización y esta demandaba la sectorización del país en regiones según su producción.
La división se estableció en seis (6) regiones vitícolas según el Decreto de Agricultura n.º 464:

A su vez, cada una se divide en subregiones según las zonas que alberguen con el fin de identificar las áreas de plantación (Costas, Andes o Cordilleras) para sacar el máximo provecho de las condiciones climáticas para las vides a sembrar en pro de la calidad de la bebida.

Esto ha caracterizado las bebidas producidas en cada región, por lo que es común escuchar sobre las variedades de vinos provenientes del Valle Central o los populares vinos blancos del Sur.
Como resultado, el 75% de la uva utilizada en toda la industria chilena proviene del mismo país.

Región vitícola de Atacama

Es la región vitícola más septentrional; se caracteriza por la producción de pisco y uvas de mesa.

Comprende las subregiones del Valle de Copiapó y el Valle de Huasco, de las cuales se ocupan 434,87 hectáreas para la producción de pisco chileno, el cual representa un 79% de la superficie total vitícola en el territorio.

El 21% restante se divide entre viníferas blancas (19%), donde destaca el cultivo de Chardonnay y Sauvignon blanc, y viníferas tintas (2%).
Por otro lado, sus cosechas suelen alcanzar los mayores precios en el mercado debido a que son recolectadas primero que el resto del país por los escasos recursos hídricos en la zona.

Región vitícola de Coquimbo

Coquimbo comprende la región que vio nacer la vitivinicultura nacional.

Allí se encuentran las subregiones del Valle del Elqui, el valle del Limarí y el Valle de Choapa, las cuales cuentan su totalidad con 19.872,37 hectáreas de viñedos. Este territorio presenta la particularidad de destinar el solo el 66% de su producción a los vinos, mostos y piscos.

Es decir, el 44% restante se destina a la producción de fruta de exportación.
Hay una fuerte producción de pisco chileno en Coquimbo, siendo del 69% de todas las cosechas vinícolas, mientras que el 31% restante se divide de forma casi equitativa entre viníferas blancas y tintas.

Región vitícola de Aconcagua

Esta región es la segunda más grande en todo el país, solo por debajo de la del Valle Central, y se divide en cuatro subregiones que, a su vez, albergan 16 áreas y contienen todo tipo de territorios:

Costas, Andes y Cordilleras.

Su producción se divide a partes iguales entre frutas de exportación y vinos, por lo que para este último están ocupadas 10.162,19 hectáreas declaradas.

En Aconcagua destacan las variedades de unas viníferas blancas, por lo que sus cultivos con más de 16 especies son considerablemente mayores (62%) a los de las viníferas tintas, pese a que este alberga mayor cantidad de especies (21).

Región vitícola del Valle Central

La región del Valle Central es la más grande en todo el territorio chileno, ya que alberga en su totalidad 135.631 hectáreas para cultivos de uva de mesa y 144.277 para la producción vitícola, con especial énfasis en las variedades tintas.

Cabe resaltar que el Valle Central se compone de regiones como la Metropolitana de Santiago, O’Higgins y del Maule, por lo que también concentra el mayor número de habitantes.
Esto genera una gran comercialización de productos nacionales a precios económicos, ya que el 75% de las uvas son de producción local, la variedad de bebidas es amplia y el transporte es mínimo.

Región vitícola del Sur

Aquí se ubican tres subregiones: Valle del Itata, Valle del Bío-Bío y Valle del Malleco.

La región vitícola del Sur, debido a sus condiciones climáticas templadas húmedas, comprende un territorio productivo extenso en el que resalta la producción de viníferas blancas, lo que se traduce en el 40,9% de la producción nacional.

No obstante, las producciones viníferas tintas comprenden una superficie de 5.173,64 hectáreas con 18 variedades de cepas distintas, con grandes plantaciones de Cabernet, Lacrimae Christi, Merlot y, especialmente, Misión.

En total, el Sur reúne el 34.7% de la producción vinícola nacional, siendo una plaza indispensable dentro de la economía chilena.

La exportación del vino chileno

Como derivado de las condiciones climáticas y los siglos de experiencia, el vino chileno se caracteriza por su excelente calidad y, debido a la abundante producción, sus precios razonables.
Esto genera que Chile se posicione como el país más exportador de Sudamérica.

En 2009, estudios arrojaron que Chile entraba en el Top 10 de países productores de vino al fabricar 9.869.000 hectolitros, aunque ya para el 2018 la cantidad se había elevado hasta los 12.900.000. A su vez, de esta cantidad el 25% era exportado a los Estados Unidos y el 55% a Europa, teniendo como principal cliente a Gran Bretaña.

Es por esto que en las principales ciudades del mundo es posible encontrar vinos chilenos como:

En el futuro, no obstante, estudios arrojan proyecciones considerables, posicionando al vino en un nivel más importante dentro de la economía chilena.